Presentación
Esta es la novena ocasión en que presento con orgullo el informe anual del Ararteko. En él damos cuenta de las actuaciones de esta institución a lo largo del año 2012, ofreciendo también una visión de la situación general de los derechos humanos en la Comunidad Autónoma Vasca.
Junto con el informe anual, publicamos el informe de la Oficina de la Infancia y la Adolescencia. Los menores constituyen un colectivo social al que en el Ararteko prestamos especial atención. No en vano, el tratamiento que reciben los niños, niñas y adolescentes por parte de los poderes públicos es indicativo del modo en que una sociedad se enfrenta a su futuro.
Dando continuidad a la tendencia de los últimos años, en este informe volvemos a sintetizar al máximo la labor desarrollada durante todo un año, tratando de ganar en dinamismo, agilidad y concreción en el análisis.
En el informe también damos cuenta de la estrecha colaboración del Ararteko con las organizaciones sociales. El Ararteko quiere poner en valor la importante tarea desarrollada por las ONG en defensa y promoción de los derechos humanos, especialmente los derechos socioeconómicos. Estas organizaciones desempeñan un papel protagonista en la materialización de la igualdad real y efectiva cuyo cumplimiento el artículo 9.2 de la Constitución impone a los poderes públicos. Creemos que una ciudadanía comprometida es un ingrediente esencial para avanzar en democracia y cohesión social. Sin esa ciudadanía, la labor del Ararteko simplemente no sería la misma.
El hilo conductor del informe que tienes entre manos es el impacto. Al dar cuenta de nuestras actividades, hemos reflexionado críticamente sobre el modo en que nuestra labor ha generado un impacto positivo sobre la vida de las personas que a lo largo del último año acudieron al Ararteko en busca de ayuda o asesoramiento. Es importante reconocer que el impacto de nuestro trabajo es fruto de un diálogo franco y constructivo con las administraciones, que se traduce a su vez en cambios normativos y en las políticas públicas. Precisamente por ello, cada vez que una administración no atiende debidamente a nuestras peticiones de información, es la ciudadanía, y no el Ararteko, quien se ve verdaderamente perjudicada. Con vistas a la mejora continua de los servicios públicos, un año más apelo a todas las administraciones a que colaboremos estrechamente por el bien común, teniendo especialmente presente a las personas y a los colectivos más vulnerables de nuestra sociedad.
A lo largo del año 2012 los efectos de la crisis no han hecho sino aumentar tanto en intensidad como en extensión, afectando cada vez a un mayor número de personas. Las oficinas de atención ciudadana del Ararteko en las tres capitales de la Comunidad Autónoma se han convertido en un buen medidor del grado de desesperación de la sociedad, así como de la insuficiencia de la respuesta de nuestro sistema de protección social. Ante el aumento de las necesidades y la limitación de los recursos para hacerles frente, es perentorio recordar que los derechos económicos y sociales (el derecho a la salud, a la alimentación, a la vivienda, a la educación, al trabajo, etc.) son derechos humanos, y como tal deben guiar todas las actuaciones de los poderes públicos. Estos derechos son universales, pero las administraciones públicas tienen que prestar especial atención a quienes se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad o riesgo de exclusión social. El modo en que la sociedad responda a dicha llamada de auxilio determinará su nivel de cohesión interna y el liderazgo de su clase política. Es en tiempos de crisis económica cuando se comprueba si el compromiso con los derechos humanos es realmente sincero o si, por el contrario, se trata de palabras reservadas para tiempos de bonanza económica, palabras que, en definitiva, se puede llevar el viento a la primera de cambio. Desde el Ararteko seguiremos insistiendo que al margen de los derechos humanos, sólo queda el miedo, la barbarie y la injusticia.
Iñigo Lamarca Iturbe
ARARTEKO